La publicidad musical es un mundo fascinante, que a la vez puede estar lleno de estrés y pendientes. Para empezar, necesita tres cosas: que aprendas a comunicarte con clientes (que muchas veces no son músicos), que seas muy rápido con tus herramientas de edición, y que seas capaz de generar ideas rápido. Con esto no pretendo frenar tus deseos de dedicarte a una industria como la publicidad, si no, que tengas preparados tus sentidos y habilidades para cuando se presenten oportunidades en esta industria.
Puede que este sea el artículo más difícil que escribo hasta ahora, y no porque sea un tema sumamente complicado, sino porque gran parte de las cosas que voy a mencionar, aún no logro seguirlas al pie de la letra, y otras que jamás he podido implementar, aunque sepa que existen.
Recuerdo perfectamente una clase de composición que recibí en Rec, en la que el catedrático mencionó algo que sutilmente cambió mi percepción de cómo producía: “El movimiento es el sexto sentido del cuál nunca nos hablan”... Escuché esta frase en un momento en el que muchas de las producciones en las que estaba trabajando se sentían “monótonas”; mi cabeza inmediatamente encontró que la respuesta era que les faltaba movimiento.
No te mienten si te dijeron que la música es un negocio inmenso, te han mentido si te han dicho que es un nicho pequeño y reducido. La verdad es que a los ojos de quien busca crecer y hacer cosas nuevas, la industria de la música aún es un océano repleto de tesoros, es cuestión de buscar y probar diversas opciones.
El paso del tiempo juega a hacer malabares con la forma en la que aprendemos, que a la vez hace sentido con las tecnologías que tenemos y también se relaciona con la manera en que ponemos en práctica estas habilidades aprendidas. Prueba de esto, es que el entrenamiento musical que se recibía en la época de la música romántica es supremamente diferente al que tenemos ahora. Las formas de acceder al aprendizaje, parecieran ser infinitas hoy en día, incluso puede abrumar la cantidad de métodos de entrenamiento auditivo que existen, teniendo tantos caminos “tradicionales” podemos empezar a crear el nuestro.
Las bandas son un compromiso. Inicio este blog con esta premisa que puede ser desagradable para algunos pero motivante para los que están dispuestos a entregar su cuerpo y alma a la causa de la música. Pensemos en todas las bandas que han llegado alto; el factor común en todas es la constancia y disciplina que adoptan para sacar música constantemente. La constancia enamora al artista de su proyecto, y ese proyecto necesita estar en constante movimiento. Tal como la Tierra necesita gravitar sobre su eje, las bandas deben gravitar sobre los objetivos que desean lograr.
Las bandas son un compromiso. Inicio este blog con esta premisa que puede ser desagradable para algunos pero motivante para los que están dispuestos a entregar su cuerpo y alma a la causa de la música. Pensemos en todas las bandas que han llegado alto; el factor común en todas es la constancia y disciplina que adoptan para sacar música constantemente. La constancia enamora al artista de su proyecto, y ese proyecto necesita estar en constante movimiento. Tal como la Tierra necesita gravitar sobre su eje, las bandas deben gravitar sobre los objetivos que desean lograr.
Seas un productor experimentado o no, la era del beatmaking ha tocado todas las puertas de la producción en computador; es una habilidad necesaria (más no indispensable) para abarcar más mercado dentro de esta aclamada industria de la música. El beatmaking, puede definirse como el conjunto de habilidades rítmicas y melódicas para crear “pistas” de fondo, todas estas hechas por la misma persona y bajo un estándar de programación; lo cual, desde esta perspectiva quizá pueda verse como uno de los trabajos más solitarios dentro del mundo de la música.
Dinero, una palabra de seis letras que tiene un significado muy grande detrás de sí; es un medio de subsistencia así como un “facilitador” de bienestar social y biológico. ¿Quién diría que el fantástico acto de fe de dar valor al papel para conseguir cosas indispensables sería algo que importara tanto hoy en día.
Está dicho, la voz es el canal por medio del cual transmitimos un mensaje; es el lugar seguro donde desemboca la sección rítmica, el epicentro de todo lo que pasa mientras esté presente, todo ronda en torno a la voz y todo se empodera con lo que dice. Pensemos más, dos oraciones podrían decirnos más de una canción que lo que haría un solo de guitarra. Una buena canción considera a los elementos vocales como un todo y no solamente como un elemento superpuesto a un instrumental.