Es curioso cómo a veces, consumimos cosas, pero nunca nos preguntamos cuál es su origen, ¿de dónde provienen? ¿Cómo se hacen? ¿En dónde se fabrican? Alguna vez has pensado en ¿Cómo se hace la ropa que traes puesta? ¿El coche, o la bicicleta que usas para transportarte? ¿Los utensilios que utilizas para comer? Así como todas estas cosas tienen una manera de fabricarse o producirse, la música también tiene una, y es una labor enorme a esto se le llama producción musical.
La música que escuchas cuando vas en el carro, cuando estás haciendo tus compras de la semana, cuando ves una película, cuando ves un anuncio en televisión o redes sociales, la que ponen en el centro comercial, toda esa música es producida de una forma especial, y la persona que está encargada de hacer eso se llama productor musical. En este artículo, hablaremos un poco sobre esta interesante actividad que pocos conocen, pero que todos necesitan.
El productor musical no solamente es una persona que sabe tocar uno o varios instrumentos, o que canta, o que pone música en fiestas... Muchos confunden el rol del productor musical con el de ser DJ… que sí, muchas veces son actividades que tienen cosas en común, pero son cosas diferentes: algunos DJ son productores musicales y algunos productores musicales son DJs, pero no todos los productores musicales, necesariamente, son DJ ni viceversa. Más adelante entenderás por qué.
Un productor musical es un líder. Es una persona que tiene la capacidad de visualizar y escuchar una canción antes de que exista, y cuenta con los conocimientos, herramientas y recursos, tanto tecnológicos como humanos, para hacer realidad esa visión. Entonces, el productor musical, más que hacer música, es una persona que toma decisiones. Todo el tiempo.
Pasos para crear una canción o producto musical
Antes de seguir hablando sobre el tipo de decisiones que toma un productor musical, hablemos del proceso, en general, o los pasos por los que hay que pasar cuando se elabora una canción o producto musical: el producto final. Lo que escuchas ya en Spotify, escuchas en la radio, o ves en una película.
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La composición:
Sin letra y música no hay canción. Entonces, el primer paso para hacer realidad una idea, o que exista una canción, es componer. En esta primera fase del proceso es cuando se sientan una o varias personas a escribir la letra y la melodía de las canciones. “La tonadita”.
Esa cosa que se te queda grabada en la cabeza todo el día y no sabes por qué. Solo para este primer paso, existe una gran ciencia. Las canciones no solamente se hacen así, de la pura inspiración. Aunque el sentimiento es una parte importante, hay una metodología y una serie de técnicas y reglas que pueden ayudar a hacer el proceso mucho más efectivo y funcional. Temas de estructura, métrica, rima, manipulación melódica, motivos, en fin… muchísimos recursos.
La mayoría de los productores musicales, son compositores. O, al menos, tienen una buena noción de ello. Y es relevante que sepan componer porque, de otra manera, les sería muy difícil dar a conocer sus ideas.
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El arreglo
Después de escribir la letra y la música, viene el arreglo. Y no, no se trata de “arreglar” algo que está descompuesto, ni tampoco de un arreglo de flores. ¿Qué significa un arreglo musical? Se trata de elegir el género, el estilo, y la dotación de instrumentos que se van a utilizar para darle vida a esa canción. Por ejemplo… seguramente habrás escuchado que, de pronto, sale una canción en una versión diferente a como fue hecha originalmente… la habías escuchado en rock y alguien decidió hacer una versión en cumbia, o en pop, o en jazz… eso es un arreglo.
Una de las decisiones más importantes del productor se toma en este punto. El productor tiene que saber muy bien hacia dónde va a llevar la canción en cuestión de estilo, porque de ahí van a partir todas las demás decisiones en el futuro. Para este paso, es fundamental que el productor sea una persona con un amplio conocimiento en estilos, géneros, y escritura para instrumentos. Mientras más sepa y más conozca, mejor visión tendrá y podrá utilizar mejor su creatividad.
A veces, hay géneros tan complejos, que el productor se vale de otras personas para ayudarse en este paso; se les llama: arreglistas. Son personas que, específicamente, se dedican a estudiar para escribir arreglos musicales para canciones. ¿Conoces las canciones de José José? Bueno, pues, su productor, Rafael Pérez Botija, hizo los arreglos de la mayoría de sus canciones, pero también se ayudó de otros arreglistas como Jesús Glück y Alejandro Monroy para varias de las canciones del décimo segundo álbum de estudio del cantante mexicano: “Volcán”. El arreglo, después de la fase de composición, es la parte más importante del proceso de producción y, probablemente también, el más tardado.
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La grabación
Después viene el proceso de grabación. Aquí es cuando ya tenemos canción: letra, música y arreglo y ahora, hay que grabarla.
Hoy en día, gracias a la tecnología, es posible elaborar una “maqueta” en una laptop. ¿Has escuchado este término alguna vez? Así como los arquitectos elaboran maquetas para darle una idea a sus clientes de cómo se va a ver su casa antes de que inviertan dinero para hacerla, los productores musicales, elaboramos maquetas para darnos una idea, tanto a nosotros, como a nuestro equipo de trabajo y clientes, de cómo va a sonar el producto final. Esto se hace antes de comenzar el proceso de grabación, que es el más costoso porque, en la mayoría de los casos, es necesario hacer inversiones y gastos en renta de estudios y músicos de sesión.
Antes, no era tan fácil. No existían laptops, ni equipo de grabación tan accesible para que una persona pudiera grabarse en su casa, ni tampoco instrumentos virtuales para simular una orquesta sinfónica en una computadora. Ahora sí, y es una maravilla; ya puedes ir haciendo el arreglo desde que estás haciendo la composición en la fase uno, lo cual es muy interesante porque a veces, gracias al arreglo, surgen ideas para la composición y viceversa. Antes todo se tenía que hacer en papel y las personas se tenían que imaginar cómo iba a sonar sin saberlo hasta que ya estaba grabado.
La fase de grabación es la más divertida y en la que más personas se involucran porque, si lo permite el presupuesto, se pueden rentar estudios de grabación súper profesionales, con una amplia variedad de opciones de micrófonos y aparatos para hacer que la música que se va a grabar suene increíble.
Incluso cuando el presupuesto es bajo, es cuando más se involucran otras personas, y se encuentra la forma de hacer que la producción suene lo mejor posible con mucho o poco equipo.
De igual manera, se contratan músicos: personas que se dedican principalmente a estudiar su instrumento para hacer las mejores ejecuciones posibles dentro de un estudio de grabación o un escenario.
Responsabilidades del productor musical
Como podrás ver, hay muchísimas decisiones que tomar y, por supuesto, son responsabilidad del productor musical. Por eso, es fundamental que tenga fundamentos básicos (o hasta intermedios y avanzados) de técnicas de grabación y de la física, construcción y ejecución de los instrumentos. A la hora de la hora debe de saber explicar y transmitir sus ideas a los ingenieros que lo estén apoyando en la cabina de grabación, y a los músicos que estén grabando los arreglos que se hicieron (ya sea él mismo o el arreglista).
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La mezcla:
Una vez que ya se grabó todo, viene el proceso de mezcla. Aquí es cuando se juntan todos los tracks que se grabaron en el estudio. Quizá no te imagina, pero, cuando se graba una canción, se pueden utilizar hasta 10 o más micrófonos para grabar un solo instrumento, especialmente en el caso de las baterías; y, cada uno de esos micrófonos, representa un track o una pista, que entra a través de una consola y se digitaliza por medio de una interfaz para poder ser manipulada en una computadora. Algunas sesiones de grabación, pueden resultar teniendo decenas de tracks (10 para la batería, 2 para el bajo, 4 para la guitarra, 6 para las cuerdas, 4 para el piano, 8 para las voces… etc), y entonces en esta fase, lo que se hace es nivelar los volúmenes de todo, ecualizar, poner efectos, y crear una atmósfera para que la canción suene equilibrada y se entiendan todos los elementos que la integran. Esto lo puede hacer el productor, pero si el presupuesto lo permite, se contrata a un ingeniero de mezcla, especialista en esta labor, para llevar a cabo esta tarea, que también puede ser bastante compleja. Hay personas que se dedican exclusivamente a esta actividad.
He aquí otra decisión importante que tomar.
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Master:
Por último, viene la masterización. Aquí es cuando ya se tiene un producto casi terminado. Este proceso es la parte donde “pones el barniz”. Es la última fase de la producción y es en donde se deja la canción en un volumen optimizado para todas las plataformas en donde va a ser escuchada. También se hacen los últimos ajustes en cuestión de la sonoridad de la canción. Por lo general, se contrata a un ingeniero de master, especializado en esta labor, sin embargo el productor también podría encargarse de esto. La ventaja de contratar ingenieros a la hora de mezclar y masterizar es tener oídos frescos que no hayan escuchado el proyecto desde el inicio y puedan hacer estos procesos más objetivamente.
En resumen, son 5 etapas por las que pasa una canción desde que surge la idea en la mente de una persona hasta que la estás escuchando en tu carro o en tu teléfono: composición, arreglo, grabación, mezcla y master. El productor musical conoce todas estas etapas y sabe hacerlas por sí solo. O, al menos, eso es lo ideal. Para dirigir un barco, hay que saber operar todos los puestos. De la misma manera, para producir una canción hay que saber hacer todo: componer, hacer arreglos, conocer técnicas de grabación, mezcla y master, y sobre todo, tener un buen criterio y agilidad mental para tomar las decisiones que son pertinentes y saber resolver los problemas que pueden surgir en el proceso.
Como ves, ser un productor musical, no solo se trata de poner canciones o cantar en fiestas. Un productor musical es una persona multidisciplinaria que conoce muy bien cada una de las fases de producción de una canción y tiene la capacidad de dirigir un equipo para llevar una canción a su máximo potencial.
En Rec Música, la licenciatura en Producción Musical está diseñada para brindar al alumno todos los conocimientos, herramientas y experiencia necesarios para que pueda desempeñarse como un buen productor musical. Te invitamos a conocer más acerca de nuestros planes de estudio.