El aprender a estudiar correctamente se está convirtiendo en uno de los temas más cotizados últimamente. Estamos entrando a un modelo de aprendizaje bastante cimentado en la autonomía y en el poder ir más allá de lo que vemos en nuestras aulas.
Cuando arrancas una carrera en la música, es muy útil, aunque no algo estrictamente necesario, dominar la ejecución de un instrumento musical. Es por eso que una de las cosas que se te pide en Rec Música al iniciar la carrera es que tomes cuatro semestres de instrucción privada de un instrumento de tu elección, junto con un taller de ensamble y tres laboratorios de tu instrumento.
Pero, elegir un instrumento también conlleva la responsabilidad de estudiarlo en casa y tratar de obtener alto desempeño en el mismo. Te voy a contar una triste realidad a la que me enfrenté y que posiblemente hayas vivido: Me sentaba eternas horas a “practicar” mi instrumento, pero no tenía un método estructurado y era muy desorganizado; pasaba de practicar acordes a dramáticamente practicar escalas que ni entendía. Pasaban los días, no veía avance alguno, me frustraba y me preguntaba por qué era que las cosas no funcionaban. Con los años, todas esas horas poco productivas me llevaron a investigar el problema y encontrar la solución.
Voy a darte 5 consejos que encontré a lo largo de revisar libros de: aprendizaje, gestión de tiempo, neurociencia y eficiencia. Espero que disfrutes tanto de esto como yo cuando descubrí que el problema tenía solución. Además de ello, voy a explicarte cómo apliqué estos principios.
Susan Williams, en su libro: Quality practice: A musician’s Guide, menciona que es muy importante establecer un calendario de práctica; para esto habrá que fijarnos metas coherentes y alcanzables, y con base en estos componentes podemos crear el calendario ideal conforme a nuestros objetivos y tener un aprendizaje más enfocado.
La explicación científica de por qué esto es útil, radica en que nuestro cerebro produce mejores resultados cuando desarrolla individualmente los pequeños componentes que conforman un todo en lugar de desarrollar un “todo” como tal, algo que en una coloquial frase se resume en: “Divide y vencerás”.
La primera vez que descubrí esto inicié por fijar los días de práctica que tenía disponibles en la semana, posterior a ello centré mis objetivos en torno a un género musical y este primero fue jazz blues. Deseaba mejorar la manera en la que acompaño las piezas.
Dividí el problema en los siguientes puntos:
Para resolver cada elemento, recurrí a libros y a transcribir canciones.
Nuestro cerebro entiende la música en dos ambientes fundamentales: académico y vida real. Cuando estudiamos somos capaces de cometer múltiples errores y corregir los mismos inmediatamente, pero también es importante considerar que en la vida real al momento de tocar queremos que todo salga lo mejor posible y no terminar de tocar en el concierto y decir: “no entiendo por qué toco mejor cuando estoy solo en mi cuarto”.
Es necesario entrenar a nuestro cerebro para poder ejecutar nuestro instrumento al mismo nivel al que llegamos después de una satisfactoria sesión de práctica. Para ello, Noa Kageyama y su blog Bulletproof musician, nos sugiere hacer “simulacros de interpretación”; únicamente precisarás de alguna maquinaria que te permita grabar (como el celular) y un cuaderno de notas. El ejercicio consiste en poner a grabar tu celular y tocar lo que has estado practicando; posterior a ello escuchar lo que tocaste y apuntar en tu cuaderno de notas tres puntos importantes:
Cuando descubrí este concepto, procedí a grabarme únicamente con mi celular y un metrónomo. Mi examen personal era poder interpretar un estándar de jazz blues. Traté de ser muy justo con mis calificaciones y encontré aspectos muy interesantes como que había algunos voicings que aún no dominaba totalmente.
Este concepto igualmente extraído de Noa Kageyama, consiste en cronometrar diferentes actividades en periodos de tiempo muy cortos (de 2 a 10 minutos), rotando rápidamente entre ellas.
Es una metodología muy poco convencional, pero neurológicamente ayuda a nuestro cerebro a responder más rápidamente a los elementos que estamos estudiando. Esta forma de reprogramar rápidamente nuestro cerebro es muy eficiente al momento de ejecutar piezas o técnicas que aún no dominamos en su totalidad, además que hace nuestra práctica más fluída, porque en seis rondas de cinco minutos habrás completado media hora de práctica.
Esta forma de práctica es de las que más he desarrollado, trato de tener un temporizador fijado 3 minutos con 20 segundos y elijo 3 elementos que quiero estudiar y no tienen “relación”. Por ejemplo: plumilla alternada, intervalos de sexta y lectura rítmica. Coloco mi temporizador y cada que termina me muevo en el menor tiempo posible a la siguiente actividad, hago esto durante 3 ciclos y al terminar, no solo habré practicado durante 30 minutos sino que también podré cambiar entre estas habilidades con más facilidad. Un resultado tangible fue poder colocar líneas melódicas en mis acompañamientos con más soltura.
Este tip proviene de Cal Newport y su libro Deep Work: Rules for Focused Success in a Distracted World. En este libro se menciona la importancia de tener un diario de aprendizaje. Nuestro cerebro responde mejor cuando sabe que está logrando resultados, ayuda a nuestra motivación y a buscar nuevos caminos por explorar. Este diario es una forma muy íntima de escribir lo que estamos logrando y evaluar cómo nos sentimos.
Aún mantengo un diario dentro de una aplicación de notas de mi computadora. Apunto el día de práctica y también lo visto en la sesión junto con observaciones específicas, las cuales pueden ir desde un: “necesito mejorar la manera en la que desplazo mis dedos”, hasta “podría intentar utilizar mi pulgar para tocar la línea de bajo en el compás 43 del estándar que practico”.
Este concepto, igualmente descrito por Cal Newport, consiste en aprender a concentrar nuestro cerebro al momento de practicar. Recomiendo sinceramente leer su libro: Deep Work: Rules for Focused Success in a Distracted World, es una herramienta muy útil para identificar en dónde perdemos el tiempo y cómo corregir nuestras acciones para obtener resultados palpables.
Para poder llevar a la práctica este concepto, es necesario poder enfocarnos únicamente en nuestra actividad y dejar de lado todo tipo de distracciones, que pueden ir desde apagar el celular hasta quitar el wifi mientras nos encontramos en momento de práctica. Mantener nuestra mente alejada de todo y poder concentrarnos rápidamente en lo que hacemos ayudará a que la relación con nuestro instrumento sea más fluida y eficiente.
Cuando aplico este concepto, aviso a mi familia y amigos cercanos que estaré desconectado por un establecido periodo de tiempo, y en cualquier emergencia, puedo ser contactado a través de mi correo electrónico (el cual dejo abierto en mi computadora, esperando que no pase nada grave). Esta forma de estudio me ha ayudado a crecer exponencialmente como músico, ha traído a mi vida la capacidad de aprender rápidamente y recurrir a la concentración de una manera más rápida.
Espero que este conjunto de recursos te sean útiles, toma el tiempo para digerir cada concepto y trata de incorporarlos poco a poco a tu vida, los resultados llegarán con el tiempo y aprenderás a aprovechar tus clases privadas de la mejor manera posible al ingresar a la carrera.
Literatura Consultada: