Algo que puede resultarnos complicado al iniciar como compositores es crear una canción desde cero. Tal vez podemos hacer una progresión armónica pero al llegar a la letra es cuando llega el bloqueo.
Como cualquier proceso, es algo en lo que debemos tener paciencia para tomar con calma cada paso, por eso aquí van unos tips que pueden funcionarte para lograr esa primera canción y todas las que quieras componer.
Puede parecer lo más sencillo del mundo, pero hay ocasiones en las que iniciamos algo y luego terminamos dejándolos porque no nos gustó y damos por perdido aquel tiempo. Por eso es importante que la base con la que comencemos sea una base sencilla, a veces podemos ser ambiciosos, pero recuerda que, en ocasiones, menos es más.
Al crear una progresión sencilla de entre 3 o 4 acordes, lo ideal es que cada uno dure lo mismo y la rítmica sea igual en todos. Al tener una métrica te será mucho más sencillo tener una melodía que pueda acoplarse con mayor fluidez a tu letra.
Cuando tengas una progresión que sea de tu agrado es momento de empezar a tararear una melodía, puedes hacerlo con vocales, balbuceos o si tienes una idea de lo que quieres que diga tu canción puedes comenzar a introducir palabras o frases incompletas y luego pulirla.
Algo que puede funcionarte es la técnica del aplauso: si cantas una melodía mientras aplaudes y no pierde ningún sentido y con el puro sonido de tus palmas chocando suena de tu agrado y pegajosa, vas por buen camino.
Inicia con una frase
Si en el momento que creaste la melodía no se te ocurrió nada o simplemente prefieres ir paso por paso, es momento de ahora sí comenzar a agregar las palabras. Inicia con una frase cualquiera, no tiene que llevar mucha inspiración o ambición, pues el punto es solamente tener una idea sobre lo que quieres hablar en tu canción.
No te angusties ni presiones tratando de encontrar la frase perfecta a la primera porque puedes llegar a frustrarte y terminar botando todo. Utiliza una frase simple y luego dale los toques que necesite para convertirse en una frase inigualable.
Cuando tengas listo los pasos anteriores, llega el momento en que haces todo en conjunto. Canta la frase que se te haya ocurrido a la par que tocas la progresión, si no te agrada cómo suena el ritmo puedes cambiarlo las veces que creas necesarias hasta tener una rítmica que acompañe perfecto tu melodía. Al igual que la armonía, puedes ir puliendo la melodía y añadir notas más cortas, más largas o silencios.
Algo muy importante para tomar en cuenta es que no trates de hacer toda tu melodía seguida y meter sílabas demás para rellenar. Está bien tener silencios o contras para poder darle ese espacio a la canción y que sea más digerible para el público.
Ya que tengas la melodía y armonía completa, que te guste en cada sección de la canción, ahora sí puedes pulir y reescribir lo que no te agrade o quieras resaltar de tu letra.
Cada quién escribe a su gusto, pero un tip que funciona muy bien es encontrar rimas que le den continuidad a tu melodía, aunque obviamente la cantidad de rimas depende mucho del estilo que buscas, pues si buscas algo lento como una balada y tus rimas son continuas, puedes acelerar la canción más de lo necesario.
Recuerda que estos son sólo tips que pueden ayudarte a facilitar el proceso de composición, pero no significa que debas usar todos. El objetivo es que encuentres el método con el que más logres acoplarte para crear tu canción.