Dicen que la música nos elige. Desde que somos pequeños, cuando la escuchamos, la sentimos, la vemos, y tenemos contacto con ella, sentimos una especie de llamado. Nos invade la curiosidad y nos vamos dando cuenta de que existen diversos medios por los cuales se puede expresar… Entre varios de estos medios, descubrimos que existen los instrumentos musicales. A veces, conectamos de inmediato con uno o, incluso, puede darse el caso de que conectemos con más de uno. Pero también, de pronto, puede pasar que nos gusta mucho la música, y no hemos sabido cómo acercarnos a ella más allá de escucharla y sentirla. Sentimos la inquietud de estudiarla y, entonces, llega el momento de elegir un instrumento musical, pero no sabemos cuál elegir. Si este es tu caso, en este artículo te daremos algunos tips que te podrán ayudar a tomar una mejor decisión sobre qué instrumento musical elegir para iniciar tu carrera en la música.
El primer paso hacia la toma de una decisión está en conocer tus opciones. Cuando de instrumentos se trata, existe una gran diversidad. Hay instrumentos de cuerdas, de aliento, de percusión… y cada una de estas familias tiene, a su vez, una diversidad que hace que, justamente, la música sea tan rica y variada. Dentro de los instrumentos más comunes en estas familias, se encuentra la guitarra, en todas sus formas (acústica, electroacústica, de cuerdas de nylon, de cuerdas de acero, eléctrica, entre otras), el bajo, el contrabajo, el cello, la viola, el violín, la flauta transversa, el oboe, el corno francés, la tuba, la trompeta, los saxofones, el piano, la batería, las congas, bongos, cajón, timbales, entre muchos otros. Lo primero que puedes hacer si no sabes hacia qué instrumento inclinarte, es estudiarlos. Puedes encontrar muchos libros, documentales e información en internet que te ayuden a conocer el origen y funcionamiento de los diversos instrumentos musicales que existen y esto puede ser un muy buen punto de partida para tomar una decisión.
Otro consejo que te podemos dar es: asiste a todos los conciertos que puedas, de todos los géneros musicales que puedas y que te gusten; y, cuando vayas, fíjate cuál o cuáles son los instrumentos que más llaman tu atención. Por lo general, el instrumento o el instrumentista que más observas durante un concierto, es porque te sientes mucho más atraído hacia ese instrumento. Esto también puede despertar en ti una idea de cuál instrumento podría ser una buena elección para estudiar.
El instrumento que elegimos, también tiene mucho que ver con nuestra personalidad. Por lo general, las personas que eligen tocar la batería o un instrumento de percusión, son personas muy enérgicas, extrovertidas, les gustan mucho las actividades físicas y, por lo mismo, descargan su energía en este instrumento que tiene una gran dinámica y requiere de mucha coordinación. Por otro lado, los que eligen el bajo, por ejemplo, son personas un tanto más reservadas, intelectuales, les gusta mantener un bajo perfil, pero, al mismo tiempo, sentirse importantes y como parte fundamental de un ensamble o grupo musical. Los vocalistas, son personas con liderazgo, a las que les gusta estar al frente, estar en contacto con personas y siempre tienen algo qué decir. Así, cada uno de los instrumentos y sus respectivas familias tiene una personalidad. Analiza tu personalidad y la personalidad de varios músicos que te gusten o admires y esto puede también darte una pauta para elegir, de acuerdo a tu personalidad, el instrumento que mejor se adecúa a ti.
Claro que no dejes que esto te detenga, si eres alguien muy tímido pero te gustaría ser cantante, o alguien súper extrovertido que en un ensamble desea pasar más desapercibido, también puede ser el caso. Tu elección de instrumento será tan única como único eres tú.
Por último, te recomendamos que hables con todos los músicos que puedas sobre su experiencia con su instrumento. No hay nada mejor que conocer la historia de otros músicos y saber qué fue lo que los motivó a estudiar y tocar el instrumento con el que se desenvuelven musicalmente. Esto también puede inspirarte y ayudarte a tomar una decisión. Con el tiempo, igual te darás cuenta de que, en la mayoría de los casos, las personas no tocan solamente un instrumento. A veces tocan dos, tres, o muchos más. Pero todos tienen un instrumento principal. Haz caso a tu instinto y no te preocupes si, de pronto, eliges un instrumento y, a la mitad del camino, te das cuenta de que realmente no era lo que esperabas. Eso sí… deberás tener mucha paciencia; porque, elijas el que elijas, así sea grande, pequeño, tenga muchas partes o sea de una sola pieza, el estudiarlo y dominarlo implicará muchas, muchas horas de práctica.
A continuación, te compartimos algunas historias de alumnos y ex-alumnos de Rec Música que nos comparten su experiencia y motivos por los cuáles eligieron su instrumento:
"Yo empecé a tocar cuando tenía 7 años. A los 6, estaba en la banda de música de la escuela y tocaba el bombo —literal, ese bombo enorme que es vertical, que tocas con un baquetón—, y, de ahí, el director de la banda me dijo que se acababa de desocupar un lugar del saxofón y que me podían prestar el instrumento ahí en la escuela. “¿Quieres?”, me dijo. Y pensé “ah, pues a mi mamá le gusta el sax, me gusta mucho cómo suena, pues a ver…”, y pues esa es, literal, la manera en cómo me metí al instrumento y de ahí nunca lo dejé de estudiar."
"Yo empecé a estudiar música cuando tenía 4 años. Iba a clases de guitarra en una escuelita ahí en la Roma. De hecho, es donde antes hacían el examen de Berklee. No me acuerdo exactamente en dónde es. Estuve así hasta que cumplí como 6. A los 6, entré a la Facultad de Música; bueno, en ese entonces era la Escuela Nacional de Música. A los 6, recuerdo también que empecé a tomar clases de batería; pero nada fue formal hasta la Nacional. En la Nacional, hasta que llegas al tercer año del CIM, que es el Centro de Iniciación Musical, te dan a escoger un instrumento. Antes de eso, te dan como Masterclasses de varios instrumentos; de hecho, casi todo lo que dan ahí, es para que tú elijas en qué instrumento te vas a especializar.
Recuerdo que le dije a mi papá que quería tocar la guitarra. Ni siquiera sé por qué. Aún sabiendo que yo quería tocar batería, ¿no? Pero mi papá tomó la decisión de que quería que yo estudiara piano porque era el rey de los instrumentos, ¿no? Pero bueno… entonces, empecé a tomar clases de piano y, a la par, también llevaba una clase de batería.
Pasó toda mi primaria, toda mi secundaria, y fue en la prepa que decidí hacer mi cambio de instrumento. Pero, para eso, tienes que hacer tu examen de cambio de nivel del CIM al propedéutico de la facultad. Entonces, fue ahí cuando yo cambié mi instrumento. No a batería, porque, vamos, la batería no está academizada en México más que por la Superior de Jazz. Entonces, fue ahí cuando cambié a percusiones. Estuve ahí tres años. Pero, pues, obviamente yo seguía tocando la batería. El piano no lo dejé. Seguí estudiando el mismo repertorio que tenía. No olvidé nada del piano, pero, en cambio, en la batería le estaba metiendo mucho más. Las percusiones sí, vamos, no fueron algo muy chido… no me encantó. Sin embargo, tampoco lo veo como algo que se me haya olvidado o, vamos, me sirvió para desarrollar algunas habilidades, pues. Y eso fue todo. O sea, yo creo que la manera en la que tú escoges a tu instrumento, bueno… es raro; y va a sonar, ahí, bien mistiquillo, pero yo creo que el instrumento te escoge a ti. O sea, el instrumento tiene una personalidad. Hay un tema ahí místico, muy psicológico, de que tú te pareces siempre a tu instrumento.
Entonces, ese es el tema. Eres rápido, eres colérico… entonces, eso es lo que yo, por ejemplo, tengo de la batería. Pero, pues, es cosa de tener cierta seguridad para poder desarrollarte en un instrumento y en el cual tengas una personalidad muy parecida a tu instrumento para que puedas desarrollarte de una manera muy rápida."